¿QUÉ ES LA CORRUPCIÓN?
La corrupción es un problema multifacético y complejo con
distintas causas y efectos. La corrupción va desde el caso aislado que
involucra a un solo burócrata, hasta convertirse en un fenómeno general que
origina una serie de distorsiones en la economía. La definición que
utilizaremos será la del Banco Mundial: La corrupción es el abuso de poder
público en beneficio propio. Esta definición nos indica que quién comete un
acto corrupto está en una posición de poder y que está recibiendo algún tipo de
beneficio (ya sea monetario o (no) que no sea procedente o que simplemente es
ilegal. Lo que necesitamos añadir a esta definición es que la corrupción no
sólo ocurre en el sector público sino también en el privado. Ahora bien, vamos
a señalar algunos de los tipos más importantes de corrupción (Busquets
Sordo, 2015).
¿QUÉ FACTORES
CONTRIBUYEN A LA CORRUPCIÓN?
La corrupción es diversa y por lo mismo hay varios factores
que contribuyen a que surja ésta. Las causas institucionales de la corrupción
no son siempre las mismas, pues con el paso del tiempo y con un nuevo
liderazgo, algunas de las medidas anticorrupción pueden distorsionarse y
convertirse en un punto de origen para otras formas de corrupción (Busquets
Sordo, 2015).
Es obvio que, si a
nivel institucional y en la justicia se tiene una posición firme y atenta
respecto de los distintos tipos de corrupción, ella tendrá tendencia a
disminuir, y a la inversa si se da el caso contrario (Corte
Suprema de Justicia, 2017). De todas formas,
la represión y la sanción en relación a los actos de corrupción deben existir y
fortalecerse cada vez más, pero también tienen sus límites. El narcotráfico,
por ejemplo, así como ciertos sectores corruptos enquistados en la política,
llegan a tener tanto poder y a ejercer tanta presión, que difícilmente logran
ser combatidos y el enriquecimiento
proveniente del narcotráfico (Narcotráfico,
política y corrupción, 1997).
- FACTORES CONDICIONANTES DE LA CORRUPCIÓN ADMINISTRATIVA EN COLOMBIA.
Las causas de la corrupción
administrativa son numerosas, complejas y de difícil análisis. En el caso
colombiano existen, además, factores que la hacen aún más compleja, debido a
que coexiste con otros fenómenos indeseables y degradantes del desarrollo
y la calidad de vida como la ineficacia de la justicia, el narcotráfico y el
conflicto armado. No obstante, en este trabajo se mencionan, solo con ánimo
ilustrativo, los que a juicio del autor pueden ser los factores principales que favorecen
la aparición y persistencia de este fenómeno en Colombia. Para una mayor
comprensión de éstos, pueden clasificarse en dos grandes categorías de
factores: los políticos y los administrativos (Ramos,
2011).
1.1. FACTORES POLÍTICOS
Dentro de los factores políticos
podemos señalar los siguientes:
- Debilidad de la democracia y cultura política.
La democracia colombiana es excluyente, pues ofrece pocas
opciones reales a la gran mayoría de ciudadanos para aspirar, ya sea a cargos
de elección popular, o para elegir a conciencia a quienes rigen los destinos de
la nación o de las entidades territoriales. Por demás, las campañas políticas
se transforman en una feria de dádivas a los electores, por exigencia y
tradición, lo cual transforma a los partidos en microempresas electorales que
se asocian en empresas electorales para la búsqueda de la presidencia, una
gobernación o una alcaldía importante. Por lo que se observa, no existen
restricciones o garantías legales que no sean desbordadas por muchos de los
actores políticos, situación que ha contaminado a movimientos de cualquier
tendencia, llevando a las crisis de los partidos y que afectan su credibilidad.
De esta manera, corrupción política y corrupción administrativa giran en el
mismo sentido en círculos concéntricos: el poder lleva a la
corrupción y ésta permite a la clase política perpetuarse en el poder
(Ramos,
2011).
- Inadecuada financiación de los movimientos políticos.
- Actitudes ciudadanas frente a la corrupción.
Con relación a este flagelo es natural que no todas las
personas tengan las mismas actitudes. En el caso colombiano la evidencia
empírica enseña actitudes de algunos ciudadanos de indiferencia: «lo público
no tiene dueño», «no es asunto mío», «laissez faire»; de tolerancia como:
«en el interior de país roban, pero hacen»; de reacción tardía como los
bomberos: «castiguen al culpable»; del beneficio marginal u oportunista:
«supo trabajar», «aprovechó su cuarto de hora;» y afortunadamente se
asoma una actitud luchadora en algunos ciudadanos, que no toleran la corrupción
y que valientemente se atreven a denunciarla, aunque desafortunadamente todavía
no cuentan con los recursos suficientes o con la organización adecuada para un
efectivo control lo cual es una la debilidad manifiesta del control social en
el país (Ramos,
2011).
- Dificultades para acceder al servicio público
En Colombia existen escasas posibilidades para los
ciudadanos comunes y corrientes de acceder a los cargos públicos relevantes,
cuando no se tiene un «padrino político» que apalanque el nombramiento correspondiente,
de manera que muchos ciudadanos se ven en la necesidad de asumir ciertos
compromisos con la dirigencia política para tener acceso a determinadas
posiciones. En este sentido, pese a que la Directiva Presidencial Nº 10 del 20
de agosto de 2002 señala que el mérito es el principio rector en la selección
de los servidores públicos que deben regir los destinos de Entidades del
Estado, se tiene evidencia de que, en términos generales, la méritocracia
todavía no se ha afianzado (Ramos,
2011).
- Conducta de los líderes políticos.
Es evidente que el comportamiento de los líderes
políticos en Colombia ha exhibido una «doble moral» En este sentido
se puede afirmar que existe cierto «fariseísmo» de los dirigentes públicos,
cuyas actuaciones contrarían las cualidades o sentimientos que dicen tener. De
manera que estas prácticas o malos ejemplos, generan, también, un aprendizaje o
justificación social de las actuaciones irregulares en todos los órdenes y
niveles (Ramos,
2011).
1.2. FACTORES ADMINISTRATIVOS
Por otra parte, con respecto a los
factores administrativos se destacan:
- Un modelo de gestión de gobierno excluyente
En Colombia históricamente se ha impuesto un modelo de
gestión de gobierno excluyente caracterizado por abusos de poder y autoridad,
inequidad y sectarismo. En muchos casos, los estilos de liderazgo y la
incompetencia gerencial de los gobernantes afloran, al mejor estilo de Luis XIV
«L'État, c'est moi», («el Estado soy yo»), un absolutismo,
autocrático en las decisiones y excluyente en los beneficios para favorecer
intereses mezquinos, pintados a veces con el color del sectarismo político (Ramos,
2011).
- Ineficacia e ineficiencia de las instituciones.
Todas las organizaciones públicas tienen un propósito
misional claramente definido, el cual responde estratégicamente a la atención
de ciertas necesidades sociales. Para el cumplimiento de esta misión las
entidades –como toda organización- disponen de determinada gama de recursos, la
cual debe utilizarse de manera eficiente, oportuna y económica. No obstante, de
acuerdo con los resultados de las evaluaciones que presenta la Contraloría
General de la República, existen grandes fallas en la gestión de las entidades
públicas colombianas, muchas de las cuales «se rajan» en los criterios de
eficacia, eficiencia, economía, equidad, ecología y efectividad, situación que,
por decir lo menos, crea condiciones favorables a las prácticas irregulares de
los servidores públicos (Ramos,
2011).
Incapacidad de las instituciones para atender las
demandas de la población.
Se trata en este caso de la existencia de una demanda
superior a la oferta de servicios y bienes públicos, lo que es evidente, por
ejemplo, en los casos de salud, educación pública –incluida la educación
superior- y la vivienda, entre otros. Esta superioridad de la demanda sobre la
oferta de bienes públicos genera presiones sobre las instituciones y sus
políticas que, por efecto reflexivo, tocan las voluntades de quienes toman las
decisiones pertinentes, en muchos casos, en contra del interés general. Esto fomenta
el surgimiento de élites que gozan de inmensos privilegios políticos,
económicos y sociales, con niveles de bienestar muy superiores a los de la
mayoría del pueblo, situación que se complica con la formulación de
estrategias inadecuadas para corregir ese desequilibrio, como por
ejemplo, tratar de desestimular la demanda y no de estimular la oferta.
En consecuencia, surge el tráfico de influencias y el soborno con el fin de
facilitar el acceso al servicio buscado (Ramos,
2011).
- Baja remuneración de los servidores públicos.
Si bien es cierto que no se puede afirmar que los
salarios bajos son causa directa de actuaciones irregulares de los servidores
públicos, no es menos cierto que los exiguos sistemas de compensación de éstos
constituyen un factor condicionante de las mismas, entendiéndose que quien
solamente gana lo mínimo para vivir, puede en algún momento verse «tentado» de
buscar algún «beneficio» irregular, desde la posición que tenga. Lo anterior no
quiere decir, de ninguna manera, que la baja remuneración sea una condición per
se para el latrocinio del patrimonio público, pues, se ha visto que los más
grandes saqueadores del erario son funcionarios de muy alto rango (Ramos,
2011).
- Burocracia que responde a la racionalidad de la politiquería.
Desde
la perspectiva weberiana, la burocracia constituye un tipo de organización
eficaz y eficiente, concebida bajo el supuesto de racionalidad técnica y
política, con una estructura dispuesta para el logro de los objetivos con el
menor esfuerzo técnico y económico. Además, de las arcaicas y artesanales
prácticas de gestión de la burocracia pública colombiana, se observa que la
única racionalidad válida en este contexto es la de la politiquería, que por
medio del clientelismo responde a las necesidades de consolidación y expansión
de las denominadas «maquinarias políticas» (Ramos,
2011).
- Debilidad de los órganos de control y de la justicia.
En la administración pública colombiana coexisten, por lo
menos, siete tipos de control, a saber: el control político (ejercido por el
Congreso de la República, las asambleas departamentales y los concejos
distritales y municipales), el control interno (que es el autocontrol en las
mismas entidades), el control judicial (practicado por las altas cortes, los
jueces y sus organismos auxiliares como la Fiscalía y el CTI), el control
técnico-administrativo (realizado por los ministerios y superintendencias), el
control fiscal (que es responsabilidad de las contralorías) y el control social
(ejercido por la sociedad en general, en especial por las veedurías
ciudadanas). No obstante, la República carece de un sistema nacional de control
que disponga de políticas y estrategias unificadas, que generen sinergia en la
lucha contra los delitos de la administración pública y, sobretodo, que
afiancen una ética de lo público y una cultura de control en la sociedad (Ramos,
2011).
Actualmente cada organismo actúa de manera independiente
en atención a la autonomía que le otorgan la Constitución y la ley, con lo que
se debilitan las acciones institucionales y se dificulta la lucha
anticorrupción. Por demás, la baja probabilidad de descubrir a los
agentes corruptos, así como la escasa posibilidad de castigo y resarcimiento del
daño cuando son descubiertos, crean condiciones favorables para la aparición de
la corrupción y una vía expedita para su desarrollo. Tal es el caso colombiano
donde el riesgo de ser sancionado por prácticas irregulares es menor que los
beneficios que se pueden lograr a través de la corrupción (Ramos,
2011).
- Inadecuada formación de los gerentes públicos.
Por último, para nadie es un secreto que existen grandes
fallas en la idoneidad de muchos de los gerentes públicos colombianos. De
acuerdo con la costumbre, se vinculan excelentes profesionales, idóneos desde
el conocimiento disciplinar (médicos, ingenieros, abogados, etc.), pero no
formados para ser gerentes. Por ello, es indispensable que estos directivos
demuestren en el nivel de la excelencia que poseen competencias claves como
liderazgo, habilidades de planeación y toma de decisiones, dirección y
desarrollo de personal, así como, conocimiento del entorno, además de la
voluntad política, indispensable para el éxito de la gestión pública (Ramos,
2011).
2. CAUSAS DE CORRUPCIÓN
De acuerdo con el
sistema de análisis desarrollado por Robert Klitgaard, puede esperarse que la
corrupción aumente con el grado de ineficiencia en el cual se desarrolla la
actividad de las instituciones, con la discrecionalidad de los funcionarios,
con el grado de monopolio sobre los servicios que prestan, con los ingresos que
pueden obtenerse en las actividades corruptas, con una baja probabilidad de ser
descubierto, con unos bajos castigos para las actividades corruptas y con una
baja sanción social sobre los individuos corruptos (Semana,
1994)
- INEFICIENCIA
Un estudio completo de la ineficiencia en el sector público colombiano va más allá de los propósitos de este informe, pero algunas de sus causas y manifestaciones identificadas en el pasado merecen ser mencionadas:
El gobierno se ha
sobre extendido en sus funciones. En el pasado, el Estado asumió
responsabilidades sobre la provisión de un número demasiado grande de bienes y
servicios que no podía cumplir en la forma apropiada. Como resultado necesario,
esas funciones se han cumplido con bajos niveles de eficiencia y eficacia.
tanto los funcionarios de primer nivel en las entidades como las políticas de las instituciones son muy inestables. El frecuente relevo de directores lleva a que los cargos de mayor responsabilidad sean ocupados por personas de su confianza, lo que trunca las posibilidades de ascenso de los empleados que han permanecido mayor tiempo en las entidades. A su vez, esto lleva a la idea extendida entre los empleados medios y bajos de que la calidad de la gestión no es importante, pues los resultados no tienen posibilidades de salir a la luz ya que serán borrados por una administración diferente, que necesariamente llegará pronto con nuevos planes y prioridades (Semana, 1994).
tanto los funcionarios de primer nivel en las entidades como las políticas de las instituciones son muy inestables. El frecuente relevo de directores lleva a que los cargos de mayor responsabilidad sean ocupados por personas de su confianza, lo que trunca las posibilidades de ascenso de los empleados que han permanecido mayor tiempo en las entidades. A su vez, esto lleva a la idea extendida entre los empleados medios y bajos de que la calidad de la gestión no es importante, pues los resultados no tienen posibilidades de salir a la luz ya que serán borrados por una administración diferente, que necesariamente llegará pronto con nuevos planes y prioridades (Semana, 1994).
Las entidades
públicas ofrecen escasos incentivos para el desarrollo profesional de los
funcionarios en general. La primacía de los criterios políticos en la selección
del personal y en la asignación de los ascensos refuerza la tendencia. Con
algunas excepciones, el prestigio asociado al desempeño de un cargo público se
ha reducido dramáticamente en Colombia en las últimas dos décadas. Los
profesionales recién graduados, en particular los más brillantes, muestran un
interés decreciente por trabajar con el Estado (Semana,
1994).
- MALA CALIDAD DEL CONTROL
De acuerdo con lo
visto anteriormente, la corrupción aumenta cuanto menores sean tanto la
probabilidad de que el agente corrupto sea descubierto, como la fuerza del
castigo cuando se aplica. En ambos casos la evaluación de la situación
colombiana es poco favorable.
Los mecanismos de control de los resultados dc la gestión pública én Colombia son de baja calidad, tanto en lo que se refiere al control puramente administrativo e interno de las instituciones, como al castigo penal a cargo de agentes externos (por ejemplo, el sistema judicial) (Semana, 1994).
Los mecanismos de control de los resultados dc la gestión pública én Colombia son de baja calidad, tanto en lo que se refiere al control puramente administrativo e interno de las instituciones, como al castigo penal a cargo de agentes externos (por ejemplo, el sistema judicial) (Semana, 1994).
- DISCRECIONALIDAD
- MONOPOLIOS DEL ESTADO
El Estado opera
como proveedor monopólico de muchos de los servicios que presta en la sociedad
colombiana. Estos monopolios permiten que existan entidades que funcionan
durante largos períodos con bajos grados de eficiencia v elevados índices de
corrupción, sin que el público pueda rechazarlas absteniéndose de comprar sus
servicios. Se debe destacar que la existencia de monopolio, público o privado,
se presta para la ocurrencia de corrupción. A la inversa, la introducción de
competencia en la prestación de servicios, a través de unidades públicas o
privadas, diluye las posibilidades de corrupción (Semana,
1994).
BIBLIOGRAFIA
Busquets
Sordo, R. (2015). Factores que propiciaron la corrupción en México. Un
análisis del soborno a nivel estatal. (p. 62). Retrieved from
http://www.culturadelalegalidad.org.mx/recursos/Contenidos/Estudiosacadmicosyestadsticos/documentos/Factores%20que%20propiciaron%20la%20corrupcion%20en%20Mexico,%20Analisis%20del%20soborno%20a%20nivel%20Estatal..pdf
Corte Suprema de Justicia. (2017, de Abril). Presentan
estrategias para fortalecer lucha contra la corrupción y el narcotráfico.
Retrieved April 22, 2017, from
http://www.pj.gov.py/notas/6330-presentan-estrategias-para-fortalecer-lucha-contra-la-corrupcion-y-el-narcotrafico
Narcotráfico, política y corrupción. (1997).
Corporación Milenio.
Ramos, O. P. (2011, jueves, de agosto de). OSCAR PARDO RAMOS: FACTORES
CONDICIONANTES DE LA CORRUPCIÓN ADMINISTRATIVA EN COLOMBIA. PROPUESTAS PARA UNA
POLÍTICA PÚBLICA SOSTENIBLE. Retrieved from http://oskarpardoramos.blogspot.com.co/2011/08/factores-condicionantes-de-la.html
Semana. (1994, del 19 de). Un reciente estudio,
coordinado por Fernando Cepeda Ulloa analiza el fondo de la corrupción y la
percepción de los colombianos sobre el fenómeno. Estos son algunos apartes.
Retrieved April 22, 2017, from
http://www.semana.com/nacion/articulo/las-causas-de-la-corrupcion/23515-3
¿Qué factores promueven la corrupción?
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